quarta-feira, 30 de março de 2011
segunda-feira, 28 de março de 2011
Religión y alucinación
por Ricardo Gondim
Me dan mucha pena los crédulos. He llegado a llorar por mujeres y hombres ingenuos, los de semblante triste que abarrotan magnificas catedrales a la espera de promesas que nunca se cumplirán. Soy consciente que no tendría éxito si intentara convencerles que han caído en una trampa. La gran mayoría inconscientemente repite la lógica siniestra del “engáñame que me gusta”.
Si pudiera, les diría a todos que no existe el mundo protegido de los sermones. Sólo en “Alicia y el país de las maravillas” es posible vivir sin peligros de accidentes, sin posibilidades de frustración, sin contingencias y sin riesgos.
Si pudiera, diría que no es verdad que “todo va a salir bien”. Para muchos (incluso cristianos) la vida no ha salido bien. Algunos perecieron en campos de concentración, otros nunca salieron de la miseria. Mujeres han visto a sus esposos agonizar bajo torturas. Padres han sufrido en cementerios debido a la partida prematura de sus hijos. Si pudiera, advertiría a los ingenuos que varios hijos de Dios murieron sin nunca ver cumplida la promesa.
Si pudiera, diría que sólo en los delirios mesiánicos de los falsos sacerdotes suceden milagros a borbotones. La regularidad de la vida requiere realismo. Los tetrapléjicos van a tener que esperar por los milagros de la medicina –quien sabe, algún día, los experimentos con células madre logren regenerar los tejidos dañados-. Los niños con síndrome de Down merecen ser amados sin la presión de “tener que ser sanados”. Los amputados no deben esperar a que los miembros crezcan nuevamente, sino que la cibernética invente prótesis más eficientes.
Si pudiera, diría que sólo los oportunistas con menos escrúpulos prometen riqueza en nombre de Dios. En un país que remunera el capital por encima del trabajo, los torneros, los choferes, los cocineros, las enfermeras, los albañiles, los maestros, van a tener dificultad para pagar una canasta familiar básica. Miente quien reduce la religión a un proceso mágico que garantiza el ascenso social.
Si pudiera, diría que no todo tiene un propósito. Denunciaría la muerte de bebés en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital público como pecado; por lo tanto, contrario a la voluntad de Dios. No permitiría que los teólogos cargaran a la cuenta de la Providencia el río que se transformó en cloaca, el bosque incendiado y las favelas que se acumulan en la periferia de las grandes ciudades. Jamás dejaría que se intentara explicar el accidente automovilístico causado por un borracho como suceso de la “voluntad permisiva de Dios”.
Si pudiera, pediría a las personas que intentaran vivir una espiritualidad menos alucinada y más “con los pies sobre la tierra”. Diría: de nada sirve disfrazar la realidad del mundo con deseos utópicos. De la misma manera en que un etíope no cambia el color de su piel, no se altera la realidad cerrando los ojos y esperando un paraíso de delicias.
Soy consciente que no seré oído por la gran mayoría. Debo seguir escribiendo, hablando… puede ser que unos pocos presten atención.
Soli Deo Gloria
Me dan mucha pena los crédulos. He llegado a llorar por mujeres y hombres ingenuos, los de semblante triste que abarrotan magnificas catedrales a la espera de promesas que nunca se cumplirán. Soy consciente que no tendría éxito si intentara convencerles que han caído en una trampa. La gran mayoría inconscientemente repite la lógica siniestra del “engáñame que me gusta”.
Si pudiera, les diría a todos que no existe el mundo protegido de los sermones. Sólo en “Alicia y el país de las maravillas” es posible vivir sin peligros de accidentes, sin posibilidades de frustración, sin contingencias y sin riesgos.
Si pudiera, diría que no es verdad que “todo va a salir bien”. Para muchos (incluso cristianos) la vida no ha salido bien. Algunos perecieron en campos de concentración, otros nunca salieron de la miseria. Mujeres han visto a sus esposos agonizar bajo torturas. Padres han sufrido en cementerios debido a la partida prematura de sus hijos. Si pudiera, advertiría a los ingenuos que varios hijos de Dios murieron sin nunca ver cumplida la promesa.
Si pudiera, diría que sólo en los delirios mesiánicos de los falsos sacerdotes suceden milagros a borbotones. La regularidad de la vida requiere realismo. Los tetrapléjicos van a tener que esperar por los milagros de la medicina –quien sabe, algún día, los experimentos con células madre logren regenerar los tejidos dañados-. Los niños con síndrome de Down merecen ser amados sin la presión de “tener que ser sanados”. Los amputados no deben esperar a que los miembros crezcan nuevamente, sino que la cibernética invente prótesis más eficientes.
Si pudiera, diría que sólo los oportunistas con menos escrúpulos prometen riqueza en nombre de Dios. En un país que remunera el capital por encima del trabajo, los torneros, los choferes, los cocineros, las enfermeras, los albañiles, los maestros, van a tener dificultad para pagar una canasta familiar básica. Miente quien reduce la religión a un proceso mágico que garantiza el ascenso social.
Si pudiera, diría que no todo tiene un propósito. Denunciaría la muerte de bebés en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital público como pecado; por lo tanto, contrario a la voluntad de Dios. No permitiría que los teólogos cargaran a la cuenta de la Providencia el río que se transformó en cloaca, el bosque incendiado y las favelas que se acumulan en la periferia de las grandes ciudades. Jamás dejaría que se intentara explicar el accidente automovilístico causado por un borracho como suceso de la “voluntad permisiva de Dios”.
Si pudiera, pediría a las personas que intentaran vivir una espiritualidad menos alucinada y más “con los pies sobre la tierra”. Diría: de nada sirve disfrazar la realidad del mundo con deseos utópicos. De la misma manera en que un etíope no cambia el color de su piel, no se altera la realidad cerrando los ojos y esperando un paraíso de delicias.
Soy consciente que no seré oído por la gran mayoría. Debo seguir escribiendo, hablando… puede ser que unos pocos presten atención.
Soli Deo Gloria
El secreto de agradar a Dios
por Ricardo Gondim
José Fulano de Tal murió ayer. ¡Pobre hombre! Consciente de sus deberes, nunca llegó tarde. Jamás perdió un tren. Era impensable que acelerara con la luz amarilla. De forma correcta, pagó todas sus cuentas el día exacto. Vistió la misma camisa hasta gastar el cuello. Siempre escogió a cual candidato votar. Leyó el periódico todos los días. Tuvo un entierro mesurado, sin mucha emoción, parecido a su existencia.
José Fulano de Tal fue un asiduo miembro de iglesia. Se sometió a los reglamentos y exigencias de su religión –su mayor deseo en la vida era agradar a Dios–. Trabajó incansablemente en las viviendas del barrio. Contribuyó con entidades filantrópicas. En su última jornada, los amigos, parientes y curiosos caminaron discretamente por la arboleda del cementerio. Se despidieron de un hombre que no logró vivir.
José Fulano de Tal tendría que haber aprendido que para vivir, basta disfrutar, pero disfrutar de verdad, de la poesía. En el poema, la palabra gana ritmo para sincronizarse con el latido del universo. Y en esa magnifica, aunque silenciosa palpitación, resuena la voz de lo Divino.
José Fulano de Tal tendría que haber aprendido que para vivir, basta tener tiempo para escuchar música. Cuando la melodía y la rima se aparean, nace la sublime sonoridad del Paraíso. El Padre Eterno sonríe cuando sus hijos se serenan para escuchar a los artesanos de los salmos, los nocturnos, las tonadas, los réquiems, las cantatas, las óperas, las polcas, la samba, los himnos, los recitales, los corales, el jazz, la bossa-nova.
José Fulano de Tal tendría que haber aprendido que para vivir, basta con amar los libros. Es placentero para Dios ver a sus hijos trascendiendo a mundos imaginarios a través de la prosa, la narración. Las novelas disecan el alma humana, enaltecen la virtud, exponen la crueldad y, cuando no sufren censura, describen la cruda realidad de la vida.
José Fulano de Tal tendría que haber aprendido que para vivir, basta con transformar cada comida en un ágape, cada apretón de manos en una alianza y cada abrazo en una declaración de amor.
José Fulano de Tal tendría que haber aprendido que para vivir, basta dejarse conducir por un viento distraído, rumbo al horizonte inalcanzable; y esperar por un porvenir insustancial. Ya que a Dios le gustan los prados salvajes y los bosques sin cercas, vivir es arriesgarse. Dios sabe diseñar el arco iris con las gotas del riachuelo que caen al precipicio. Por lo tanto, sólo vive quien no teme desvanecerse.
José Fulano de Tal tendría que haber aprendido que para vivir, basta disfrutar del vino, el dulce de leche, la tapioca con manteca, la película romántica, el deporte, la media hora de sueño extra del feriado, el bizcocho de maíz, la caricia en la cabeza, el beso, el viaje de vacaciones con dos días extras para descansar del descanso.
José Fulano de Tal tendría que haber aprendido que para vivir, basta con llamar a Dios de Padre o Madre.
Soli Deo Gloria
¡Anda, come tu pan con alegría!
¡Bebe tu vino con buen ánimo,
que Dios ya se ha agradado de tus obras!
Eclesiastés 9:7
¡Bebe tu vino con buen ánimo,
que Dios ya se ha agradado de tus obras!
Eclesiastés 9:7
José Fulano de Tal murió ayer. ¡Pobre hombre! Consciente de sus deberes, nunca llegó tarde. Jamás perdió un tren. Era impensable que acelerara con la luz amarilla. De forma correcta, pagó todas sus cuentas el día exacto. Vistió la misma camisa hasta gastar el cuello. Siempre escogió a cual candidato votar. Leyó el periódico todos los días. Tuvo un entierro mesurado, sin mucha emoción, parecido a su existencia.
José Fulano de Tal fue un asiduo miembro de iglesia. Se sometió a los reglamentos y exigencias de su religión –su mayor deseo en la vida era agradar a Dios–. Trabajó incansablemente en las viviendas del barrio. Contribuyó con entidades filantrópicas. En su última jornada, los amigos, parientes y curiosos caminaron discretamente por la arboleda del cementerio. Se despidieron de un hombre que no logró vivir.
José Fulano de Tal tendría que haber aprendido que para vivir, basta disfrutar, pero disfrutar de verdad, de la poesía. En el poema, la palabra gana ritmo para sincronizarse con el latido del universo. Y en esa magnifica, aunque silenciosa palpitación, resuena la voz de lo Divino.
José Fulano de Tal tendría que haber aprendido que para vivir, basta tener tiempo para escuchar música. Cuando la melodía y la rima se aparean, nace la sublime sonoridad del Paraíso. El Padre Eterno sonríe cuando sus hijos se serenan para escuchar a los artesanos de los salmos, los nocturnos, las tonadas, los réquiems, las cantatas, las óperas, las polcas, la samba, los himnos, los recitales, los corales, el jazz, la bossa-nova.
José Fulano de Tal tendría que haber aprendido que para vivir, basta con amar los libros. Es placentero para Dios ver a sus hijos trascendiendo a mundos imaginarios a través de la prosa, la narración. Las novelas disecan el alma humana, enaltecen la virtud, exponen la crueldad y, cuando no sufren censura, describen la cruda realidad de la vida.
José Fulano de Tal tendría que haber aprendido que para vivir, basta con transformar cada comida en un ágape, cada apretón de manos en una alianza y cada abrazo en una declaración de amor.
José Fulano de Tal tendría que haber aprendido que para vivir, basta dejarse conducir por un viento distraído, rumbo al horizonte inalcanzable; y esperar por un porvenir insustancial. Ya que a Dios le gustan los prados salvajes y los bosques sin cercas, vivir es arriesgarse. Dios sabe diseñar el arco iris con las gotas del riachuelo que caen al precipicio. Por lo tanto, sólo vive quien no teme desvanecerse.
José Fulano de Tal tendría que haber aprendido que para vivir, basta disfrutar del vino, el dulce de leche, la tapioca con manteca, la película romántica, el deporte, la media hora de sueño extra del feriado, el bizcocho de maíz, la caricia en la cabeza, el beso, el viaje de vacaciones con dos días extras para descansar del descanso.
José Fulano de Tal tendría que haber aprendido que para vivir, basta con llamar a Dios de Padre o Madre.
Soli Deo Gloria
Las CNPT de la religión
por Ricardo Gondim
Recuerdo muy poco de las clases de ciencia de la escuela secundaria. Sudé memorizando fórmulas y multipliqué números enormes para casi nada. De lo poco que quedó me acuerdo que, para determinadas formulas químicas y ejercicios teóricos de física, necesitábamos de la sigla CNPT, o “Condiciones Normales de Presión y Temperatura”. Significaba que aquella proposición científica sólo funcionaba en CNPT o, en otras palabras, en condiciones ideales.
Descubrí, de forma temprana, que las condiciones óptimas sólo existen verdaderamente a manera de tesis. Las CNPT funcionan en el laboratorio, en ambientes controlados o idealizados por el científico y solamente para comprobar una hipótesis ya que cualquier alteración, por mínima que sea, altera el resultado del experimento.
Vivir es arriesgado. Peligros e imprevistos, angustia y dolor, injusticia y sufrimiento, merodean la existencia. Sería fantástico vivir en un mundo en “condiciones normales de presión y temperatura”. Por eso, buscamos varitas mágicas, lámparas de Aladino, ideales políticos, abracadabras, plegarias. Soñamos en crear un mundo que funcione con la precisión de un reloj suizo.
Siempre deseamos viajar en cielos azules. Seducidos por un mar sereno intentamos recrear el universo. Creemos que existe la posibilidad de eliminar los riesgos. Oramos pidiendo la protección divina para ser guardados de las amenazas de la vida. Imaginamos que si así lo pedimos, sin tener pecado alguno, jamás seremos sorprendidos por accidentes. Esperamos que Dios nos libre de neumáticos desinflados, motociclistas incautos y de hoyos en el asfalto.
Tontamente esperamos el día en que el mundo esté bajo absoluto control. Sucede que ese día nunca llegó, y nosotros acabamos dominados por la culpa. “¿Qué hice yo para que mi hijo se muriera?” me preguntó recientemente un pastor. “¿Por qué las cosas nunca me salen bien?”, es el correo electrónico más repetido en mi bandeja de entrada.
Cristo no engañó a sus discípulos y nunca les doró la píldora, porque su mensaje no era religioso. Él nunca prometió que sometería la vida de las personas a las CNPT. Por el contrario, dijo que los enviaba como ovejas en medio de lobos, que las tempestades azotan la casa de aquellos que escuchan y guardan su palabra, y que el mundo de sus seguidores estaría lleno de aflicciones. Ya que él vivió sin protección, sin corazas, sin defensa angelical… ¿por qué sus siervos tendrían que reclamar algún tipo de armadura celestial?
Me atrevo a redefinir lo que es fe. Fe no significa capacidad para anticiparse a las contingencias de la vida. Fe es el valor de creer que los valores, principios y verdades propuestas por Jesús de Nazaret son suficientes para enfrentar la vida con todo lo que ella nos traiga, de bueno y de malo.
La religión tiene que ver con la seguridad, con la posibilidad de hace encajar al mundo en la lógica de causa-efecto. Los cultos, las penitencias, las oraciones, tienen el objetivo de hacer engranar las circunstancias y dar a los fieles la sensación de vivir bajo las CNPT. ¡Qué engaño! Hasta que el espejismo desaparece. Con las enfermedades, los accidentes, los imprevistos, la propia muerte, llega la decepción. Y la peor desilusión es la religiosa. Los decepcionados con Dios experimentan el infierno. (Jesús advirtió que los prosélitos religiosos son condenados a un doble infierno).
El amor no anticipa el orden. Quien ama sabe que el desorden será posible. Dios no desea que sus hijos vivan con la ilusión de que serán escudados. Para que eso sucediera, él necesitaría amordaza la historia, el día a día y hasta el porvenir. Un mundo indoloro sería un mundo sin libertad. Y sin libertad no existe el amor… y sucede que Dios es amor.
Por lo tanto, la promesa divina no nos resguarda del mundo. Sin alucinaciones, Dios nos acompaña en la deliciosa y peligrosa aventura de vivir.
Soli Deo Gloria
Recuerdo muy poco de las clases de ciencia de la escuela secundaria. Sudé memorizando fórmulas y multipliqué números enormes para casi nada. De lo poco que quedó me acuerdo que, para determinadas formulas químicas y ejercicios teóricos de física, necesitábamos de la sigla CNPT, o “Condiciones Normales de Presión y Temperatura”. Significaba que aquella proposición científica sólo funcionaba en CNPT o, en otras palabras, en condiciones ideales.
Descubrí, de forma temprana, que las condiciones óptimas sólo existen verdaderamente a manera de tesis. Las CNPT funcionan en el laboratorio, en ambientes controlados o idealizados por el científico y solamente para comprobar una hipótesis ya que cualquier alteración, por mínima que sea, altera el resultado del experimento.
Vivir es arriesgado. Peligros e imprevistos, angustia y dolor, injusticia y sufrimiento, merodean la existencia. Sería fantástico vivir en un mundo en “condiciones normales de presión y temperatura”. Por eso, buscamos varitas mágicas, lámparas de Aladino, ideales políticos, abracadabras, plegarias. Soñamos en crear un mundo que funcione con la precisión de un reloj suizo.
Siempre deseamos viajar en cielos azules. Seducidos por un mar sereno intentamos recrear el universo. Creemos que existe la posibilidad de eliminar los riesgos. Oramos pidiendo la protección divina para ser guardados de las amenazas de la vida. Imaginamos que si así lo pedimos, sin tener pecado alguno, jamás seremos sorprendidos por accidentes. Esperamos que Dios nos libre de neumáticos desinflados, motociclistas incautos y de hoyos en el asfalto.
Tontamente esperamos el día en que el mundo esté bajo absoluto control. Sucede que ese día nunca llegó, y nosotros acabamos dominados por la culpa. “¿Qué hice yo para que mi hijo se muriera?” me preguntó recientemente un pastor. “¿Por qué las cosas nunca me salen bien?”, es el correo electrónico más repetido en mi bandeja de entrada.
Cristo no engañó a sus discípulos y nunca les doró la píldora, porque su mensaje no era religioso. Él nunca prometió que sometería la vida de las personas a las CNPT. Por el contrario, dijo que los enviaba como ovejas en medio de lobos, que las tempestades azotan la casa de aquellos que escuchan y guardan su palabra, y que el mundo de sus seguidores estaría lleno de aflicciones. Ya que él vivió sin protección, sin corazas, sin defensa angelical… ¿por qué sus siervos tendrían que reclamar algún tipo de armadura celestial?
Me atrevo a redefinir lo que es fe. Fe no significa capacidad para anticiparse a las contingencias de la vida. Fe es el valor de creer que los valores, principios y verdades propuestas por Jesús de Nazaret son suficientes para enfrentar la vida con todo lo que ella nos traiga, de bueno y de malo.
La religión tiene que ver con la seguridad, con la posibilidad de hace encajar al mundo en la lógica de causa-efecto. Los cultos, las penitencias, las oraciones, tienen el objetivo de hacer engranar las circunstancias y dar a los fieles la sensación de vivir bajo las CNPT. ¡Qué engaño! Hasta que el espejismo desaparece. Con las enfermedades, los accidentes, los imprevistos, la propia muerte, llega la decepción. Y la peor desilusión es la religiosa. Los decepcionados con Dios experimentan el infierno. (Jesús advirtió que los prosélitos religiosos son condenados a un doble infierno).
El amor no anticipa el orden. Quien ama sabe que el desorden será posible. Dios no desea que sus hijos vivan con la ilusión de que serán escudados. Para que eso sucediera, él necesitaría amordaza la historia, el día a día y hasta el porvenir. Un mundo indoloro sería un mundo sin libertad. Y sin libertad no existe el amor… y sucede que Dios es amor.
Por lo tanto, la promesa divina no nos resguarda del mundo. Sin alucinaciones, Dios nos acompaña en la deliciosa y peligrosa aventura de vivir.
Soli Deo Gloria
Margaretha Adiwardana, a "formiguinha incansável do evangelho", presidente da AME
Cerca de 250 pessoas entre pastores, missionários, estudantes de centros de treinamento bíblico, preletores e leigos vindos de vários Estados do Brasil, de outros países e de várias igrejas e denominações se reuniram no Seminário Teológico Servo de Cristo, na Vila Mariana, em São Paulo, para a Consulta Missionária da Associação Missão Esperança (AME) entre 4 e 6 de setembro.Sob a direção da missionária Margaretha Adiwardana, a "formiguinha incansável do evangelho", presidente da AME, o evento trouxe da Indonésia e do Timor Leste irmãos que desempenham um trabalho estratégico. Entre os palestrantes, Donald Price, Durvalina Bezerra, Nelson Bomilcar, Paulo Moreira e Silas Tostes.
Teologia Brasileira – Como surgiu a AME e porque o Timor Leste é uma porta promissora para a Igreja Evangélica Brasileira?
Margaretha Adiwardana – Como o Timor Leste foi por quatro séculos e meio uma colônia de Portugal e apesar da invasão da Indonésia – a eliminação da educação na língua portuguesa, uma geração inteira de timorenses que fala a língua indonésia –, apesar de tudo isso o governo do Timor escolheu a língua portuguesa como a sua língua oficial, junto com o tetum [idioma local predominante]. Assim, abriu uma necessidade de os próprios timorenses aprenderem a língua portuguesa. Então, em primeiro lugar, não tem muitas igrejas no mundo que podem suprir essa necessidade de professores de língua portuguesa... [risos]
Em segundo lugar, como "irmão", como país também colonizado por Portugal. Há entre o Timor Leste e o Brasil uma ligação emocional, além de histórica. Os timorenses gostam dos brasileiros por diversas razões. Eles nos chamam de "irmão mais velho", pelo fato de o Brasil ter sido colônia de Portugal também. Eles gostam dos brasileiros porque são mais calorosos, mostram mais a emoção, diferente de muitas das nações que têm ajudado o Timor Leste, tanto por meio das forças da paz das Nações Unidas como por meio de várias ONGs. Não por último lugar, o próprio Timor Leste está pedindo ajuda de todas as nações do mundo, mas com o Brasil há uma sintonização maior.
A ajuda que a igreja brasileira pode dar pode ocorrer em todas as frentes: saúde, educação, agricultura e na área técnica, para não falar na área espiritual, em que a necessidade é claramente imensa. De acordo com o que ouvi falar, o Timor Leste pode se tornar um país fechado religiosamente. Então, a Igreja Timorense precisa de ajuda para que fique de pé sozinha, caso o país venha a se fechar. Então, de todas as formas a Igreja Brasileira é necessária para ajudar o povo timorense. Vendo esse quadro de destruição do Timor Leste, que precisa de ajuda para se reerguer, simplesmente é impossível o país ser uma nação soberana, de Direito, sem ajuda do exterior.
Por que não a Igreja Brasileira, que vai levar toda essa ajuda prática, como também uma mensagem do Evangelho que é necessária para curar traumas, feridas, ódios, amarguras, um acúmulo de sofrimentos, um ciclo de vingança? A necessidade é pela paz, pelo perdão, pela transformação que cura o povo. Daí, levando em conta tudo isso, e a situação emergencial do Timor Leste, não dá nem tempo de preparar missionários por cinco anos para entrar no Timor. A situação é agora. Não é amanhã que eles precisam de ajuda na prática.
A AME nasceu no Timor Leste, com uma necessidade real, com o povo timorense pedindo ajuda. A AME tem feito isso, levamos o ministério integral, que acredito que é bíblico, que é corpo, alma e espírito. E lembro que é um país de perseguição aos evangélicos. A ministração integral é uma ministração que abre o coração das pessoas para desejarem saber do Evangelho e do estilo de vida dos evangélicos que estão dando ajuda real, na prática.
TB – Qual tem sido a reação da Igreja Brasileira ao desafio da obra no Timor Leste?
MA – Eu diria que mais do que em qualquer outro país, a Igreja aqui fica muito interessada no Timor Leste porque assistiram na televisão durante alguns meses a destruição do país, as tropas brasileiras que até hoje estão sendo enviadas, o Sérgio Vieira de Mello [diplomata brasileiro que coordenou as ações da ONU no Timor e posteriormente morreu em atentado terrorista no Iraque]. Mas entre se interessar e enviar missionários existe uma diferença... Muitas pessoas individualmente ficam interessadas porque é atrante para as pessoas saber que seus conhecimentos podem ajudar ao povo timorense. Novamente, entre se candidatar e chegar ao campo também há uma diferença muito grande. Apesar de muito interesse, então, não se pode dizer que a Igreja está enviando em número compatível com o interesse demonstrado.
TB – Qual a sua avaliação do quadro de missões no Brasil, tanto em números quanto em preparo teológico e em termos de motivação dos que estão seguindo para os campos e dos que estão enviando?
MA – Ultimamente tem havido grande aumento em número de missionários brasileiros que estão sendo enviados para fora do Brasil. Porém, se compararmos com o número de evangélicos no Brasil – que de acordo com o IBGE são 26 milhões –, se somos cerca de 3 mil missionários evangélicos, é muito pouco. Numericamente falando, é pouco.
Quanto ao preparo teológico, acredito que ainda deixa a desejar. Muitos que vão não tiveram preparo. Apesar que ultimamente, também, o preparo transcultural e missiológico tem melhorado muito. O nível da missiologia no Brasil, no nível das igrejas que se esforçam, dos missiólogos que se esforçam, não perde para nenhum país, nem mesmo de primeiro mundo, nem mesmo dos países da Europa ou dos Estados Unidos que já fazem missões há mais de cem, há duzentos anos.
Só que poucas pessoas fazem e têm acesso a isso. Por causa da geografia, acredito eu, além das denominações, é tudo muito espalhado. Então, o que acontece em uma região, apesar de levar o nome "nacional", as outras regiões não ficam sabendo, não é espalhado uniformemente, com grande alcance. Há igrejas e denominações que fazem missões transculturais enviando para fora e sem estar conscientes de que há essa necessidade de preparo transcultural, preparo missiológico, e aí a coisa deixa a desejar.
Mas, no meu entender, o preparo teológico é pior do que o preparo missiológico. Há uma dicotomia, até, às vezes. Quem faz preparo teológico acha que não precisa mais do missiológico. Quem faz preparo missiológico, porque ouviu falar das falhas dos missionários transculturais, não pensa que há necessidade de preparo teológico. Hoje o preparo teológico é imprescindível para ir aos países, principalmente de povos não alcançados, porque o budismo está em radicalização, o islamismo nem se fala, o islamismo está preparando teólogos especificamente para combater a teologia cristã. O hinduísmo também. Não é só o ateísmo, como na Europa materialista e cientificista, exigindo capacidade de discussão científica, mas também todos estes outros desafios.
Então, quem vai pra fora, não só tem de ser preparado culturalmente, como teologicamente, senão nem vai saber responder às perguntas, nem na teologia, muito menos no evangelismo. Então eu creio que tem que ser martelado os dois lados: preparo teológico e preparo missiológico. Uma coisa não anula a outra.
Bíblia
É, no entanto, esta impossível aposta que a Bíblia realiza no campo do pensamento e de sua transmissão que, de fato, superou todos os limites de espaço e venceu o tempo. Este livro de Israel, escrito em hebraico e em aramaico, e em grego, o Novo Testamento, não surpreende apenas pela universalidade e pela longevidade de sua carreira: o que faz mais ainda, talvez , ao falar ao homem de todas as idades, em todas as línguas, em todos os níveis de consciência e de cultura. Se um milagre é o que torna real o impossível, estamos diante de um “milagre” no campo da comunicação universal. Ora, em plena era atômica é possível ler sob uma nova luz este documento único, escrito nas idades do bronze e do ferro”.
Estas palavras de Andre Chouraqui, um dos mais respeitados tradutores e biblistas contemporâneos, refletem a importância da Bíblia Sagrada, não apenas para a formação e desenvolvimento da cultura ocidental, como também e principalmente para a inspiração de milhares de pessoas que ao longo do tempo têm encontrado em suas páginas a imprescindível orientação espiritual, além de conforto e sabedoria para viver.
Mais do que isso, a Bíblia Sagrada é a palavra de Deus, que pode nos fazer sábios para a salvação, isto é, pelo Espírito Santo nos guiar até Jesus Cristo, que nos guia a Deus o Pai. (João. 5.39,40; 13.20; 14.6; 15.26; 16.7-15; 2Timóteo 3.15)
Essas e outras razões são suficientes para explicar porque a partir deste mês de março teremos encontros mensais de reflexão bíblica e teológica das segundas-feiras ao estudo a Bíblia: sua história, sua geografia, suas principais personagens, e, principalmente, sua mensagem universal e atemporal, mas ao mesmo tempo íntima e pessoal, como uma carta de um pai amoroso, e atual, como as notícias do jornal do dia.
Tire as sandálias dos pés, começaremos a pisar o solo sagrado da Bíblia Sagrada. Que o Espírito Santo de Deus nos guie a toda a verdade! Que Jesus nos encontre enquanto caminhamos
Deus repousava na manjedoura
Há algum tempo, intrigado, comecei a questionar porque Jesus Cristo escandalizou fariseus, saduceus e doutores da lei. Nenhuma novidade me ocorreu: há séculos os judeus aguardavam o Messias. Eles viviam na expectativa política de que um Ungido se levantaria em nome de Deus. Nos setores mais politizados, o Messias viria como o grande libertador – uma encarnação melhorada e glorificada de Moisés; um Dom Sebastião dos tempos antigos. Para segmentos religiosos ortodoxos, o Messias chegaria para renovar os princípios da Torá. O cumprimento da Lei representaria uma renovação espiritual que resgataria o povo para um novo tempo.
Mas além dessa grande espera, Paulo também diz que Jesus foi loucura para os gregos. O Nazareno se revelou um retumbante fracasso porque nunca deixou colar nele as expectativas judaicas e depois, nem as gregas, sobre as ações da divindade. Via-se claramente que em Jesus Deus não se parecia com o Movedor Imóvel de Aristóteles. Ele colocava teologia e filosofia de ponta cabeça.
Se o Deus dos fariseus zelava pelo cumprimento estrito da lei, Jesus a tornava flexível pela misericórdia. Quando perdoou a mulher apanhada no próprio ato do adultério, deixou claro que o poder do amor dobra a rigidez da lei: “Onde estão os teus acusadores. Eu não te condeno, vá em paz e não peques mais”. Nos casos da siro-fenícia, do centurião romano, da “impura” devido a uma menstruação crônica, do endemoninhado gadareno, do cego da calçada, fica claro que qualquer um pode aproximar-se de Deus sem exigências ou protocolos religiosos. Quando Jesus estava por perto, esvaziava-se a ideia de “não-eleito”.
Jesus não comparou Deus a um fiscal punitivo, mas a um pai machucado. No alpendre, enquanto espera a volta do filho perdido, os olhos úmidos do pai eram os olhos de Deus. Sim, mesmo desolado, o velho corre ao encontro do filho sujo, mal cheiroso e o cobre de beijos.
Ricardo Peter intuiu corretamente o porquê do ódio dos fariseus contra Jesus:
Os fariseus começaram a perceber que Jesus estava mudando radicalmente a maneira de entender quem é Deus. Este Deus teria podido provocar confusão e dispersão entre as pessoas religiosas. O comportamento do Deus anunciado por Jesus, do Deus que demonstra um amor incondicionado pelos pecadores, começava a colocar o Deus dos fariseus na sombra. Tinha início uma luta de ‘Deus contra Deus.
A religião judaica antecipara um Deus mais forte que os antigos baalins, que causaram tanto problema. Jesus andou na contramão, ele tomou sobre si a fragilidade dos serviçais. Os conteúdos de sua causa não lidavam com poder, mas com serviço. Os tempos exigiam um líder que convocasse exércitos com a força letal superior às legiões romanas. Mas o Galileu preferia colocar uma criança no colo e dizer: “Dos tais é o Reino de Deus”. A ambição era posicionar Israel como nação líder. O messias, certamente, vingaria séculos de opressão impostos por egípcios, persas, gregos e romanos. Mas eis que ele abriu o rolo da lei numa sinagoga e leu: “O Espírito do Senhor está sobre mim e ele me ungiu para pregar boas notícias aos pobres”. Se um homem assim, radicalmente humano, comprometido com a escória do mundo, se dizia a expressa imagem de Deus, tal homem precisava ser assassinado. Um Deus fraco não servia aos interesses da religião – como ainda não serve.
Além desta enorme decepção entre os semitas, os gregos também se horrorizaram. Se Deus encarnou assim, como sustentar as ideias de Aristóteles? Jesus não se assemelhava em nada com o conceito de Deus como “Ato Puro” ou como “Motor Imóvel”. O Rabi de Cafarnaum se movia de “viscerais afetos” por uma viúva a caminho de enterrar o filho, chorava diante da sepultura do amigo (a dor de homens e de mulheres dói em Deus; Isaías é enfático- 63.9 -: “Em toda a angústia deles, foi ele angustiado”.), irritava-se quando a religião oprimia e se deixava molhar pelas lágrimas de uma prostituta. Deus não se mostrara apático.
Volto a Ricardo Peter com sua intuição sobre a revelação de Deus que Jesus brindou o mundo:
O Deus de Jesus assume o humano a tal ponto que liberta o homem da exigência de ser como Deus. Deus contém em si, agora o máximo de humanidade. Deus encontra-se imerso no humano. O ‘Reino’ de Jesus não requer seres excepcionais, melhores que o ‘resto dos homens’, que se preocupam em ser por eles contaminados.
Mas, o que verdadeiramente escandalizou no Deus que Jesus revelava foi sua tremenda inconsistência. Como assim, Deus inconstante? Misericórdia é sempre uma tremenda inconstância. A inconsistência de Deus em reverter sentenças, em anular destinos, em refazer histórias, em anular tragédias, foi a marca mais exuberante da vida de Cristo. Até o fato de seu ensino ser vazio de dogmatismos, desestabilizava qualquer teologia. E talvez tenha sido este o pingo que entornou a taça da ira dos fariseus: o Deus inabalável, rigoroso e severo do Antigo Testamento estava ausente nas palavras, gestos e atitudes do filho de Maria.Ainda hoje, os que distinguem entre o Deus dos fariseus e o Deus de Jesus acharão boas razões para decretar sua morte. O reino que ele inaugurou entre os homens não encontra paralelo com os reinos deste mundo. Seus ensinos não são codificáveis.
Portanto, o Deus que nasceu em uma manjedoura continuará despercebido dos poderosos. Ele só será notado nas realidades singelas e pequenas: grãos de mostarda, meninos e meninas, ovelhas indefesas, desempregados em calçadas, servos inúteis, indignos, filhos pródigos, prostitutas, leprosos, cegos, mendigos, estrangeiros, soldados e exorcistas informais.
Deus poderia escolher muitas maneiras para mostrar-se real, mas preferiu nascer em uma periferia esquecida; optou viver de um jeito que pode ser, poeticamente, comparado ao de um cordeiro.
domingo, 27 de março de 2011
30 de outubro de 2010
Eu e meu Paulinismo confesso.
Uso a mesma linha de pensamento de Ap. Paulo para responder aqueles que se julgam aptos para acusar.
Quanto à linhagem sou a terceira geração de pastores de minha família.
Quanto a práticas e costumes ensinado desde berço
Quanto ao zelo dediquei minha vida a fazer com atitudes o que a maioria se limita a fazer com palavras.
De sorte que suas frases montadas e sua justiça hipócrita não me impressionam em nada.
Aprendi a descansar sentado na sombra da cruz.
Aprendi a rir das pantomimas cristãs e suas representações.
Aprendi a separar os arquitetos do mal daqueles que mão apenas marionetes.
Compartilho a Idea de que o exercício do pensar e questionar torna o sábio mais sábio, contudo a alienação e dossel sagrado (escudo da religião) torna o tolo em um ser honestamente equivocado, ou seja, ele crê que esta ensinando certo afinal é um fruto que colheu da arvore do senso comum, onde existe verdades supostamente inquestionáveis.
Quando rompemos com a mediocridade religiosa nos deparamos com um cenário repleto de detalhes nunca observados antes.
Apóstolo Paulo tinha a capacidade de escrever de uma forma que os sábios e os tolos encontrassem os reflexos dos desejos de Cristo, por isso entendo que essas duas classes de pessoas devam viver juntas, todavia lamento quando os tolos assumem o poder.
Continua...
21 de julho de 2010
Carta convite
Gostaria de convidar todo adeptos dos sindicatos de chatos, mau humorados, grossos, indelicados, robozinhos e santarões que visitam meu blog a contemplar a possibilidade do dispertar de uma nova era ( sem duplo sentido) em sua vidinhas perrrrrfeitas.
Aos chatos e mal humorados: Queridos vcs podem ser mais uteis as outras pessoas se conseguirem mudar esse jeitinho nada agradavél que vcs possuem. Dar risada faz bem pra vida, abandone já esse senso crítico e se divirta com coisas bobas, seu sorrisinho trará mais resultados do que as carrancas.
Aos Grossos e indelicados: Lamento que vcs tenham perdido a delicadeza, que não encontrem prazer em assistir um filme debaixo das cobertas enquanto acaricia as mãos da pessoa desejada, deve ser triste não sentir o coração aquecido ao trocar palavras gentis ou quem sabe olhares que musicalizam as canções do coração.
Aos santarrões e robozinhos: Ser feliz não é pecado, pensar não é pecado, questionar não é pecado. Mas viver de apaências e propor um jugo que vc mesmo não suporta isso sim é pecado. Deixa contar um segredo pessoas assim são vistas aos milhares vcs são exemplo o evangelho superficial e impensado que se vive no brasil.
E para finalizar essa simpática carta ofereço algumas frases para vc utilizar ao reler esse texto.
a- Que cara sem graça!
b- Eu não sou assim!
c- Eu sou tão discontraido que dou risada ao assistir Chaves!
d- Grosso eu? que vontade de dar um soco!
e- Quem ele pensa que é?
f- Herege, Herege, Herege
G- Eu não sou superficial, naverdade sou quase um poço de 50 metros!
Bom uso e lembre-se que estarei me divertindo ao imaginar vc lendo.
As vezes vale à pena parar.
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Nossas vidas são repletas de fatos e episódios que nos provocam a tomar decisões importantes que se refletiram no futuro. Por ser tão costumeiro agimos sem ponderar ou definir as conseqüências.
Começamos a nos familiarizar com nossos muitos equívocos de sorte que perdemos a noção dos limites daquilo que é certo ou errado.
Ferimos pessoas, frustramos expectativas daqueles que realmente nos amam, desvalorizamos gestos de amizade e esquecemos a fidelidade incondicional que recebemos.
Nesse momento da vida, quando percebemos que estamos procedendo roboticamente VALE A PENA PARAR!
Vale a pena se afastar de:
• Sonhos faraônicos.
• Metas inalcançáveis
• Escolhas egocêntricas
• Olhares e elogios dos desconhecidos
• Abraços falsos
• Pensamentos obstinados
• Expressões de indiferença
• Aceitação passiva
• Atitudes emotivas
• Decisões
Vale à pena refletir sobre:
• Verdadeiras amizades
• Pessoas que realmente te amam
• Prioridades na vida
• Realidade
Não perca o foco por um tempo capaz te de fazer esquecer quem você é, onde esta e para onde deseja ir.
Eu e minha arrogância confessa.
Externo meus defeitos com o propósito de superá-los, afinal não tenho a ambição de ostentar a condecoração de homem perfeito.
Reconheço que meu modelo de amor é egoísta. (ver texto Eu e meu egoísmo confesso) mesmo acreditando que é um mal de minha espécie.
Assumo que sou adepto da achismologia (ver texto Eu e meu achismo confesso) mesmo que corra o risco de caminhar as margens do precipício relativista.
E com este texto desejo confessar que sou arrogante em diversos momentos.
Com aqueles que são simples como meu avô Bento era me sinto à vontade, deixo meu escudo apoiado em qualquer parede, me esqueço da importância da malha, uso o capacete como descanso para meus pés cansados em pouco tempo já estou completamente sem minha armadura e adereços da arrogância.
Gostaria de viver sempre sem o peso dessa armadura, no entanto da mesma maneira que o leopardo tem a visão noturna para facilitar a caçada tenho a visão aguçada para avistar os maus, não pensem que me orgulho disso, meus amigos mais próximos sabem o quanto isso me dói, como anseio pela inocência perdida.
Quase que instintivamente me visto para defender a mim e os meus, dos maus, falsos, manipuladores, mentirosos e os que se aproveitam de suas insígnias.
O pensamento que mais me golpeia é saber que isso não é mérito e sim demérito não é qualidade e sim defeito não é probabilidade e sim fato.
Sei que é utopia acreditar que tal armadura seja infalível afinal existes pessoas tão treinadas na arte de fazer o mal que suas flechas são mais precisas que as de Hobin Hood.
Antes eu atacava feito gladiador que luta no coliseu, agora somente revido quando sou agredido igual a animal acuado, mas chegará o dia que aprenderei a dar a outra face.
Enquanto esse dia não chega...
Eu e meu achismo confesso
.
Admiro aqueles que dizem ter certeza de todas as coisas, duvidas e incertezas não encontrar espaços em suas mentes brilhantes.
Faço parte de um grupo mais simplista que e não prima pela certeza, que não digladia para ser infalivelmente coerente ou crê na inerância do ser humano.
Dou-me ao direito de começar uma frase dizendo EU ACHO quem disse que necessito ter certeza de todos meus pensamentos?
Ainda que essa frase possa escandalizar os mais fracos na fé Digo: PREFIRO SER ESSA METAMORFOSE AMBULANTE A TER AQUELA VELHA OPNIÃO SOBRE TUDO. Alias não foi isso que Paulo sugeriu quando falou de amadurecimento? Ou sobre o cristão ser como luz da aurora? Temos sim o direito de pensar, ACHAR, crer, refletir, conjeturar, presumir, matutar, meditar, avaliar e analisar.
Confesso que acho muitas coisas sobre diversos temas, porém só tenho certeza sobre o grande amor de Deus.
O que estou pensando agora?
O sono é o descanso da razão, ficamos horas inertes na penumbra, as pálpebras são como as cortinas que veta a entrada da luz.
Os sonhos rompem as barreiras da lógica e nos convida a ver mesmo de olhos fechados.
Essas projeções imaginárias que às vezes é canal do Divino e outras tantas são explosões do pensar que não aceita descanso nos faz lembrar a complexidade do ser humano.
Em algumas ocasiões penso que a existência do homem tem similaridade com sonhos, ou seja, vivemos na obscuridade do saber ate que dado momento o Divino se comunica conosco fazendo revelações incomensuráveis ou quem sabe nossa mente nos seduz a sermos produtores dos devaneios e suas imagens.
A semelhança dos sonhos a vida também possui seus interpretes, alias os tradutores de sonhos são hilários, mais devem ser uma classe de pessoas muito serias sensíveis e fiéis, pois a maioria freqüenta igrejas evangélicas, logo os tradutores da vida são apenas pensadores confusos como eu que se respaldam nas abstrações dos grandes filósofos.
Graças a Deus pela vida dos Teólogos que interpretam a vida através de uma ferramenta primorosa e perfeita que é a palavra de Deus.
Todos temos nossas funções na vida, uns dormem outros sonham e o terceiro grupo interpreta.
E Deus? Ele da sonhos, corrige as interpretações e realiza, ou seja tudo nasce Dele é aperfeiçoado Nele e por Ele concluído.
Soberano Deus.
Chegara o dia que não teremos mais lapso do saber e sim despertaremos de nossa ignorância e pequenez.
Entendeu? Num pede pra explicar de novo senão fica pior...
Pense nisso
Nossos amores são baseados em beneficio próprio, ou a beleza de uma donzela não é para agradar a visão jovem que esta enamorado?
A moça que espera que seu noivo diga palavras doces como o mel, num sente prazer ao ter seu ego acariciado?
Amamos quem merece ou quem faz por onde receber essa ternura. Não é usual amarmos uma pessoa que achamos feia, desagradável e mentirosa. Quando encontramos uma pessoa que ama indivíduos com esses defeitos afirmamos que tal sentimento é doentio!!!
Partindo desse principio pergunto, por um acaso o Amor de Deus é doentio? Afinal, Ele nos ama mesmo sendo maus, mentirosos, falsos, pecadores, degenerados, ingratos e traidores.
Qual seria a forma correta de amar? O amor doentio de Deus? Que independe dos atos alheios? Ou nossa maneira condicional de amar? Que anseia por benefícios?
Vale a pena pensar nisso
Marcus A. Grovo
O tempo passa
O tempo passou rápido como o galope de um cavalo árabe que celebra a sua liberdade.
Já não me sinto um jovem missionário transcultural, e sim, um peregrino cansado, com as pernas trêmulas como as de um ancião.
Há tempos estou fatigado de líderes e sermões que possuem a profundidade de um riacho em tempo de estiagem. Preletores que se falassem apenas o que vivem, causariam um silêncio quase que fúnebre.
Agora posso me dar ao privilégio de não consumir mais os ENLATADOS CRISTÃOS que com suas frases e estratégias levam as pessoas e a si mesmos à enfermidade espiritual.
No circo da fé espetáculos grotescos são repetidos sistematicamente como o infindável cantar do galo, e quem sabe um dia perceberemos que da mesma forma que o Apóstolo Pedro negou a Jesus, o nosso Cristianismo moderno esta fazendo, através de ensinamentos adulterados e corrompidos.
Como diz R. Gondim: “O simples não sofre, o tolo não questiona e o ingênuo não se aflige...”. Até quando vamos fugir da lâmina da dúvida? Até quando vamos viver um Cristianismo sem resposta ou sem aplicação pra nossa vida pessoal?
Uma noite dessas
A quantidade de e-mails vindo da Barra do Quaraí me faz recordar de quantos relacionamentos profundos tivemos nessa cidade.
Alguns cometam o último texto, ora palavras doces como mel, ora amargas como fel, de forma que sou convencido que o texto cumpriu o objetivo de orientar os desejosos do conhecer e de incomodar os manipuladores da fé.
Não tenho a pretensão de que meus escritos sejam aceito por todos, afinal o senso comum costumeiramente torna-se prisão do pensar.
Concluo respondendo a seguinte indagação: O que é Cristianismo sem Cristo?
Resposta:
Escriba sem pena, Pregador sem púlpito, Trabalhador sem trabalho, Sonhador sem sonhos, Rei sem súditos, Ideologia sem ideais.
Marcus A. Grovo
Porque não me ensinaram antes?
Naqueles dias o pequeno caderno que usava de diário tinha sido meu confessionário, pensamentos meu suposto conselheiro e as lembranças minhas penitencias.
Lembranças de um passado que teimava em sair dos porões da minha alma e trazer a memória o que luto para sepultar.
O passado e suas tribulações teimavam em ressuscitar feito a fênix que não se rende ao esquecimento eterno.
Erros e traumas que autrora foram superados simplesmente se fortaleciam dentro de mim, e perguntava-me ate quando terei que lutar contra um inimigo invencível?
Foi então que o sol brilhou e dissipou o inverno que não tinha cedido espaço para as outras estações. Aquele que eu julgava meu inimigo na verdade era minha humanidade, o resultado dos acontecimentos de minha vida.
Estou sendo esculpido e decidi não negar as marcar que ficaram, não deixar a dádiva do SENTIR jogada no chão, não negar meu humanismo.
Mais que nunca reconheço que sou pecador, fraco e falho mais estou estranhamente feliz, pois hoje posso dizer que dependo unicamente da graça!
Num necessito mais buscar a paz de forma desesperada, encontro tranqüilidade nos olhos raivosos dos meus acusadores que não entendem como suas armas perderam o efeito.
Com um sorriso de uma criança que descobre a proteção e amor do pai repito para mim mesmo: LA GRACIA.
Marcus. A. Grovo
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